Carta al Santo Padre de los jóvenes latinoamericanos participantes del Pre-Sínodo

Fuente: Synod2018

 

S.S. Papa Francisco
Ciudad del Vaticano

 

Querido Papa Francisco,

Recibe un afectuoso saludo en Cristo de sus jóvenes latinoamericanos.

 

En las últimas semanas hemos recibido, por distintos medios, información parcializada y mal intencionada sobre acusaciones hacia tu ministerio y el de nuestro queridísimo Papa emérito Benedicto XVI, que ponen en discusión las diversas reformas renovadoras que estás obrando en el seno de nuestra Iglesia.

 

Somos los jóvenes protagonistas del presente, herederos del pasado y constructores del futuro quienes quisiéramos comunicarte nuestra cercanía y total apoyo en esta ardua labor de reconstruir nuestra Iglesia, la cual es antes que nada una comunidad (ekklesia) reunida por Dios. Por esa razón, la misma es ante todo santa, sin embargo, somos también conscientes que no está exenta de errores y que por ende necesita de una constante atención, revisión y actualización de la vida en la Palabra.

 

No hemos querido permanecer indiferentes a la actualidad, más aún viendo tanta incomprensión por parte de algunos miembros de nuestra Iglesia, acostumbrados quizás a ciertos privilegios y/o a una errónea comprensión de la vida de fe.

 

Santo Padre, también nosotros queremos una Iglesia con olor a oveja, por esa razón no sólo te damos nuestro pleno apoyo y voto de confianza en todo lo que haces, sino también queremos que sepas que estamos a tu plena disposición para ayudarte en lo que sea necesario y practicar la corrección fraterna a todos los niveles de nuestra Iglesia y sociedad.

 

Hoy reafirmamos aquello que expresábamos en el Documento Final del Pre-Sínodo: “… el deseo de ver una Iglesia que sea testimonio viviente de lo que enseña, que sea testigo auténtico en el camino hacia la santidad, lo que incluye el reconocer los errores y el pedir perdón por ellos”. Con esas líneas, respaldamos tu valeroso esfuerzo en acoger la pluralidad de las distintas expresiones humanas, reformar las estructuras marginadoras de la sociedad e ir siempre más a las periferias existenciales, actualizar la cotidianeidad y sencillezdel compartir la alegría del Evangelio, comprometerse en el cuidado de la Casa Común, denunciar y luchar abiertamente contra los delincuenciales casos de abusos a menores por parte de miembros de nuestra Iglesia Respecto a lo último, así como tú, hemos acogido con mucho dolor, indignación y vergüenza las cifras de los casos de abusos perpetrados por un importante número de nuestros sacerdotes. Es inevitable no recordar aquellas fuertes palabras de Jesús pronunciadas en Lc. 17, 1-3. Valoramos desde luego todo lo que ya se hizo y se está haciendo al respecto, sin embargo, no podemos dejar de exigir que todos los involucrados sean sancionados de manera ejemplar y colaborando con la justicia de los fueros civiles, para que nunca más se vuelva a cometer ese tipo de delito tan abominable. Asi mismo, estamos dispuestos a colaborar en la promoción de ambientes sanos, en dinámicas evangélicas y en modos de relacionarnos que pongan al centro el respeto por la dignidad humana, para alejarnos así de toda posibilidad futura de abuso.

 

De la misma manera, como jóvenes, nos sentimos invitados a no dejar de apartar la mirada sobre las víctimas de todo tipo de abuso perpetrado al interior de nuestra Iglesia. Cada uno nos revela un Cristo sufriente frente al cual nos sentimos convocados a la misión de reconocimiento, reparación y prevención.

 

Querido Papa Francisco, hoy los jóvenes también te pedimos: ¡Sigue haciendo lío! y no te canses de acompañarnos en el camino humanizador de seguir a Cristo. Deseamos que sepas que tienes un pueblo joven dispuesto a “ser callejero de la fe” y a “hacer líos de fe” contigo, construyendo puentes que permitan la unión entre todas las generaciones, y así seguir construyendo la Civilización del Amor que nos lleve a la santidad, revitalizando cuanto nos rodea.

 

No nos olvidamos de rezar constantemente por ti y todo el pueblo de Dios. Confiamos también todo esto a nuestra modelo de seguimiento a Cristo, nuestra amadísima Virgen María.

 

Con todo nuestro amor y cariño,

Tus jóvenes latinoamericanos participantes del Pre-Sínodo