P. Ugo ya está con quien tanto amó
Ha partido el P. Ugo De Censi a la casa del Padre Celestial. Su vida queda impregnada en el recuerdo de quienes lo conocimos, como un signo de caridad concreta; su obra ha transformado pueblos y generaciones enteras. ¡Gracias, Padre Ugo!
Era un apasionado de Dios. Y por eso advertía: “Veo un gran peligro! Me parece que estamos en un periodo más peligroso para la fe cristiana…hoy está en juego si Dios existe o no…el mundo moderno elimina a Dios”. Y recomendaba, como lo recoge el Dr. Mario Vargas Llosa, “los enrevesados discursos y teorías abstractas de la teología y la filosofía no acercan a Dios, más bien alejan de él…tampoco la razón sirve de gran cosa para llegar al Ser Supremo. A éste, en vez de tratar de explicarlo, hay que desearlo, tener sed de él, y, si uno lo halla, abandonarse al pasmo, esa exaltación del corazón que produce el amor”.
El Padre Ugo amaba mucho a los jóvenes y le preocupaba sus problemas, particularmente su lejanía de Dios. Buscando las causas de este mal identificaba tres y los llamaba veneno: “este veneno que malogra la hierba es la velocidad (que impide observar, reflexionar), es la comodidad (no darle más fatiga al cuerpo) es la virtualidad (hablar fuera de la vida concreta), hay que hacer un cambio radical en la catequesis”.
La vida y la obra del P. Ugo son una página muy bella de la historia actual de la Iglesia en el Perú. La magnitud de su vida lo reconocen los pueblos donde ejerció su misión sacerdotal y lo aprecia todo el Perú.
Que su vida y sus palabras nos animen a trabajar como El pedía, para que el mundo reconozca a Dios como su Padre.
P. Guillermo Inca
Secretario Adjunto
Conferencia Episcopal Peruana