La noche del jueves 23 de mayo, Monseñor Miguel Cabrejos, Presidente de la Conferencia Episcopal y Arzobispo de Trujillo, recibió un sentido homenaje en la sede de la Conferencia Episcopal Peruana, en Jesús María, tras ser elegido Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) para el periodo 2019-2023, el pasado 15 de mayo en Tegucigalpa, Honduras. Monseñor Cabrejos es el primer obispo peruano en ser designado como la máxima autoridad episcopal de este organismo en sus más de 65 años de historia.
La ceremonia se inició a las 7:30 p.m. y contó con la participación de Monseñor Norberto Strotmann, Obispo de Chosica, Secretario General de la CEP y flamante miembro del Consejo de Reestructuración del CELAM; Monseñor Antonio Santarsiero, Obispo de Huacho y Presidente del Consejo Económico de la CEP; Monseñor Lino Panizza, Obispo de Carabayllo; Monseñor Juan Carlos Vera, Obispo General Castrense del Perú; Monseñor José Luis del Palacio, Obispo del Callao; Monseñor Alfredo Vizcarra, Obispo del Vicariato Apostólico “San Francisco Javier”; Monseñor Jorge Carrión, Obispo de Puno; Monseñor Jorge Izaguirre, Obispo de Chuquibamba; y Monseñor Arturo Colgan, Obispo Auxiliar de Chosica. Asimismo, participaron autoridades del Estado, entre ellos el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Vicente Zevallos, y la Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Sylvia Cáceres.
La Doctora Rosario Fernández, Ex Presidenta del Consejo de Ministros, tuvo a su cargo las palabras de honor a nombre de la sociedad civil. Monseñor Gregorio Bielaszka, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en el Perú, también ofreció un saludo a Monseñor Cabrejos en nombre de la sede diplomática del Vaticano.
El Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Vicente Zeballos, también dio unas sentidas palabras en homenaje al nuevo presidente del CELAM. “Usted, Monseñor Cabrejos, sabrá recabar esa corriente de humanismo que en estos momentos necesitan nuestros pueblos. Estamos seguros de eso”, indicó.
Durante su discurso, Mons. Cabrejos sostuvo que la corrupción es un cáncer que produce más desigualdad en la sociedad. “Existen ideologías deshumanizantes, a las cuales no les interesa el bien común, ni la dignidad ni los derechos humanos, y que favorecen el aumento de las desigualdades que son inaceptables. […] La corrupción es un cáncer radicado en las estructuras sociales, económicas y políticas de nuestras naciones”, enfatizó.