Una semana después del inicio del Sínodo Amazónico, recorremos los principales momentos y eventos que han vivido sus participantes junto al Papa Francisco.
El mensaje del Santo Padre al inicio del camino sinodal ha sido claro: “La Iglesia debe ser voz profética que impulse a todos a caminar juntos trabajando fraternalmente para que el cuidado de la Casa Común sea una realidad que beneficie a todos los pueblos”.
El verdadero inicio del Sínodo Amazónico tuvo lugar el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, en los jardines del Vaticano con la plantación de ese árbol que realizó el Papa Francisco con un grupo de indígenas. Es precisamente en esa reverencia a la tierra fértil, en los gestos tradicionales de las comunidades indígenas, donde nace el deseo de “caminar juntos”, como repitió Francisco en la homilía de la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro. Todas estas palabras se centran en el fuego del Espíritu, un “fuego de amor que ilumina, calienta y da vida, no fuego que quema y devora”.
Sí a la evangelización, no al colonialismo
“Cuando sin amor ni respeto, se devoran pueblos y culturas, no es el fuego de Dios, sino del mundo. Pero ¡cuántas veces el don de Dios no ha sido ofrecido sino impuesto, cuántas veces ha habido colonización en vez de evangelización! Que Dios nos proteja de la codicia de los nuevos colonialismos”, afirmó el Obispo de Roma.
“Anunciar el Evangelio -continuó diciendo el Pontífice- es amar hasta el martirio”. Mártires como muchos misioneros que dieron su vida por la Amazonía, donde todavía hoy muchos llevan “cruces pesadas” y esperan “el consuelo liberador del Evangelio, la caricia del amor a la Iglesia”.
Los rostros de esos mártires estaban impresos en los carteles que los participantes en el Sínodo llevaron al día siguiente en procesión, junto con el Papa, desde la Basílica de San Pedro hasta el Aula Pablo VI. Luego, delante de los Padres sinodales, Francisco pidió que nos acerquemos a la realidad amazónica, con cuidado, “de puntillas”.
El Espíritu Santo es el actor principal del Sínodo
“Las ideologías son un arma peligrosa, siempre tenemos la tendencia a aferrarnos a una ideología para interpretar a un pueblo. Las ideologías son reductivas y nos llevan a exagerar nuestra pretensión de entender intelectualmente, pero sin aceptar, entendiendo sin admirar, entendiendo sin asimilar”.
En este contexto, el Papa recordó el peligro de mirar ni considerar el Amazonas de arriba abajo, quizás con un desprecio disimulado, y por ello recuerda que el Sínodo tiene al Espíritu Santo como actor principal.
Mirada profética de la Iglesia en el Sínodo
“Hemos llegado a contemplar, a comprender, a servir a la gente. Y lo hacemos siguiendo un camino sinodal, porque un sínodo no es un parlamento, no es una demostración de quién tiene más poder en los medios de comunicación y quién tiene más poder en la red, para imponer cualquier idea o cualquier plan”, manifestó el Sucesor de Pedro.
Siempre hay una mirada profética en la Iglesia que vive un Sínodo. Se necesita -dice Francisco- una “prudencia audaz” a la luz del Espíritu. Una mirada profética que devuelva la dignidad a la Amazonía, hoy lugar de demasiados “pecados ecológicos” -como se definieron en el Aula del Sínodo-, desde la deforestación hasta la minería salvaje y la contaminación. Una profecía que sabe recoger el grito de esta tierra con amor pastoral y oración, con el coraje de las mujeres y hombres de Dios.
Fuente: Vatican News