Luego de tres semanas de intensas jornadas de trabajo, los padres sinodales han aprobado, con amplia mayoría, cada uno de los 120 puntos propuestos en el Documento final del Sínodo de los obispos para la región Panamazónica, presentado este sábado 26 de octubre en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Con el documento final ratificado, las diversas propuestas están ahora en manos del Papa Francisco para que se conviertan en punto de partida para una futura exhortación apostólica. La revista Vida Nueva reunió las más significativas del documento final que buscan “actuar con urgencia para abrir nuevos caminos para la Iglesia y una ecología integral”.
1. Recibir la ordenación de hombres casados
El documento final del Sínodo reclama, “en el marco de ‘Lumen gentium’ 26”, la posibilidad de “ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica” (111).
Este polémico argumento ha obtenido 128 votos a favor y 41 en contra.
2. A favor del diaconado femenino
Si bien el documento final no pide explícitamente la aprobación del diaconado permanente femenino, sí lo hace de forma implícita al hacerse eco del alto número de consultas en el que se ha solicitado y deja en manos del Papa Francisco y de la comisión creada a tal efecto (103).
Junto a esta sugerencia, los padres sinodales sí reclaman que las mujeres “puedan recibir los ministerios del lectorado y acolitado, entre otros a ser desarrollados”, además de que “sea creado el ministerio instituido de ‘la mujer dirigente de la comunidad’”. Esta propuesta ha recibido el respaldo de 137 obispos, frente a 30 que se han manifestado en contra.
3. Añadir un nuevo pecado: el pecado ecológico
Los padres sinodales desean incluir “el pecado ecológico” entre la lista de faltas para los cristianos. “Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente” (82), han aprobado los Obispos del Sínodo.
4. Instaurar un Organismo Eclesial Regional para la Amazonía
Los padres sinodales piden al Santo Padre crear “un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre las iglesias de la región” (115) que permita trabajar en red en tanto que sea “permanente y representativo que promueva la sinodalidad”. Junto a ello, conscientes del poder y alcance de los medios de comunicación, los padres sinodales respaldan la creación de “una red de comunicación eclesial panamazónica” (61), apunta el texto.
El documento final también insta a Francisco a “crear un Observatorio socioambiental pastoral, fortaleciendo la lucha en defensa de la vida” (85), que trabaje en alianza con organismos latinoamericanos de la Iglesia como CELAM, CLAR, Cáritas, REPAM, los episcopados, las universidades católicas, sociedad, civil y pueblos indígenas.
5. Crear un rito amazónico propio
Junto a los 23 ritos existentes y reconocidos por la Iglesia universal, el Sínodo propone “constituir una comisión competente para estudiar y dialogar, según usos y costumbres de los pueblos ancestrales, la elaboración de un rito amazónico que exprese el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico” (119).
6. Denunciar “los atentados” contra los indígenas
El documento final sentencia que “la Iglesia se compromete a ser aliada de los pueblos amazónicos para denunciar los atentados contra la vida de las comunidades indígenas, los proyectos que afectan al medio ambiente, la falta de demarcación de sus territorios, así como el modelo económico de desarrollo depredador y ecocida” (46).
También hay un punto especial sobre los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario, que no superan el centenar en la Amazonía, con quienes también se compromete la Iglesia en la defensa de sus derechos, en especial, la inviolabilidad de sus territorios, a través de “acciones de incidencia” (50) hacia los Estados.
7. Rechazar una evangelización de estilo colonialista
“Rechazamos una evangelización de estilo colonialista” (55), sentencia el Documento final del Sínodo Panamazónico, al igual que todo “proselitismo” (56). Frente a ello se plantean “procesos claros de inculturación de nuestros métodos y esquemas misioneros”. Se propone a los centros de investigación y pastoral que estudien “las tradiciones de los grupos étnicos amazónicos” para defender su identidad y cultura a través de “acciones educativas” (57) que favorezcan la inculturación. Para ello, urge conocer “sus lenguas, sus creencias y aspiraciones, sus necesidades y esperanzas”.
8. La ecología integral como único camino posible
En el Documento final se asevera que “la ecología integral no es un camino más que la Iglesia puede elegir de cara al futuro en este territorio, es el único camino posible, pues no hay otra senda viable para salvar la región” (67). “Es urgente enfrentarnos a la explotación ilimitada de la ‘Casa común’ y de sus habitantes”, reclaman los obispos sinodales, para lo que llaman a la comunidad internacional a proporcionar más recursos económicos, “un modelo de desarrollo justo y solidario” y herramientas para frenar el cambio climático.
9. Una Iglesia defensora de los derechos de los indígenas
El Documento hace especial incidencia en la necesidad de que la Iglesia se comprometa con los derechos de los habitantes de la Amazonía, bien en los espacios rurales o en las ciudades, con una especial atención a los migrantes y a los jóvenes. “Es necesario defender el derecho de todas las personas a la ciudad” (35), apunta el texto.
10. Contra las compañías extractivas
Los padres sinodales dan un paso al frente en su compromiso en la defensa de los Derechos Humanos con algunas denuncias en voz alta sobre la explotación de las multinacionales: “Denunciamos la violación de los Derechos Humanos y la destrucción extractiva. Asumimos y apoyamos las campañas de desinversión de compañías extractivas relacionadas al daño socioecológico de la Amazonía, comenzando por las propias instituciones eclesiales y también en alianza con otras iglesias. Llamamos a una transición energética radical y a la búsqueda de alternativas” (70).
Con información de Vida Nueva
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