El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y actual presidente del Episcopado Peruano, Mons. Miguel Cabrejos, presidió la Eucaristía de la jornada conclusiva de la III Reunión para la Renovación y Reestructuración de este organismo eclesial, que se viene desarrollando en Bogotá (Colombia).
Una intervención marcada por el contexto de la cuaresma y la reunión entre los miembros de la Presidencia, el equipo de Obispos asesores y el grupo de expertos invitados. En su homilía, el también Arzobispo de Trujillo habló de tres características que deben identificar la acción pastoral del CELAM: acompañamiento, servicio y discernimiento.
Para esta reflexión recordó algunas frases del Papa Francisco durante la celebración del miércoles de ceniza: «Somos ciudadanos del cielo, nuestro pasaporte es el amor a Dios y al prójimo; la cuaresma no es el momento de derramar moralismos inútiles sobre la gente, sino de reconocer que nuestras miserables cenizas son amadas por Dios» y «Las cenizas recuerdan dos caminos: el camino de nuestra existencia, del polvo a la vida. Y el camino opuesto, que va de la vida al polvo».
Mons. Cabrejos indicó que este pensamiento del Santo Padre se puede relacionar con el pasaje de la Sagrada Escritura que narra el encuentro de Jesús con Marta y María en Betania; ocasión que sirve para que el Mesías recuerde a Marta que solo una cosa es necesaria y María eligió la mejor parte.
Acompañamiento
La primera de esas características es el acompañamiento, al que se refirió diciendo que el amor de un Obispo por Dios se demuestra a través del acompañamiento a sus ovejas. Jesús acompañó a su pueblo en un contexto histórico en el que se trataba a la mujer como ciudadana de segunda clase se marginaba a los leprosos, lo que nos permite concluir que Jesús evangelizó en medio de una sociedad que descartaba. J
Como ejemplo, Mons. Cabrejos aseguró que como Obispos del CELAM no deben dejar de acompañar a los pueblo mientras sufran o celebren. Para el presidente del Episcopado Peruano es necesario acompañar al pueblo de Dios en sus desafíos, esperanzas, angustias e ilusiones, pero no un acompañamiento impersonal sino al estilo de Jesús; un acompañamiento con pasión, sanando heridas, sabiendo escuchar a tiempo y a destiempo, así ese acompañamiento tenga sabor a cruz en algunas circunstancias.
Servicio
Continuando con su reflexión explicó que otra de las características del CELAM debe ser el servicio a las Conferencias Episcopales, los Obispos y al pueblo de Dios. Se trata de un trabajo local y regional. Entendiendo que el episcopado es un honor cuando es servicio y se debe ejercer con el corazón propio del servidor sencillo y del pastor humilde y afectuoso que renuncia así mismo con tal de hacerse esclavo de todos, asumiendo los retos que la realidad de hoy impone a los Obispos cuyo único privilegio es el de considerarse y reconocerse como el primero entre los servidores.
Discernimiento
Finalmente habló del discernimiento como esa tercera característica del CELAM, por o que insistió en que el proceso de renovación y reestructuración ha implicado un camino de discernimiento. Y si bien no es fácil discernir es algo irrenunciable tanto para el Consejo Episcopal como para los Obispos.
Sin discernimiento no se puede acompañar ni servir por lo que el amor y el amar, deben ser el signo característico del servicio de los Obispos desde el CELAM. «Lo que hallas amado quedará …el resto solo serán cenizas«. Concluyó