Mediante un comunicado, los Obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana invocaron a las fuerzas del orden de Perú y Chile que respeten la dignidad de los migrantes, sobre todo porque entre ellos se encuentran niños, mujeres y ancianos. “La persona humana posee una dignidad inviolable, que le es intrínseca por ser creado a imagen y semejanza de Dios. Esta dignidad es sagrada y debe ser respetada y defendida en toda circunstancia”, señala el documento.
También piden a las autoridades de ambos países “realizar los esfuerzos necesarios, con acciones eficaces que conlleven a resolver esta difícil crisis migratoria; asimismo, de manera urgente, ofrecer ayuda humanitaria como paliativo a las necesidades de los migrantes”.
LA AYUDA HUMANITARIA ES INDEPENDIENTE DE LOS PROCESOS MIGRATORIOS
A las autoridades del Perú y Chile
A los agentes pastorales y personas de buena voluntad,
que habitan en la frontera entre Perú y Chile y a la sociedad en general:
Los Obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana vemos con honda preocupación la crisis que se ha originado con los migrantes venezolanos en la frontera de Perú y Chile. Por eso, como Pastores del Pueblo de Dios nos dirigimos a las autoridades de Perú y Chile, a los migrantes, a los agentes pastorales y a la sociedad en general para expresar lo siguiente:
- Como Iglesia nos corresponde velar y defender la vida y la dignidad de todo ser humano, sin excepción de nacionalidad, sexo, credo o status social. La persona humana posee una dignidad inviolable, que le es intrínseca por ser creado a imagen y semejanza de Dios. Esta dignidad es sagrada y debe ser respetada y defendida en toda circunstancia. En este sentido, invocamos a las fuerzas del orden a que, en su legítimo derecho y responsabilidad de velar por la seguridad nacional, actúen con humanismo y profesionalismo, respetando en todo momento la dignidad de los migrantes, más aún si se trata de niños, ancianos y mujeres.
- Asimismo, invocamos a los migrantes a evitar actos violentos y provocaciones que causen la reacción de más violencia por otras personas incluidas las fuerzas del orden. La violencia no se puede tolerar venga de donde venga.
- Comprendemos que los migrantes venezolanos se ven forzados a salir masivamente de su patria, debido a la situación política que lamentablemente impera en su país. Esto conduce a que todo Gobierno en el mundo, y en especial las naciones hermanas de América Latina, actúen con rectitud y legalidad en su trato para con estos hermanos, respetando sus derechos, pero también las normas migratorias de los países y la seguridad de las fronteras para mantener el clima de paz entre las naciones.
- Pedimos a las autoridades de Perú y Chile realizar los esfuerzos necesarios, con acciones eficaces que conlleven a resolver esta difícil crisis migratoria; asimismo, de manera urgente, ofrecer ayuda humanitaria como paliativo a las necesidades de los migrantes.
- Nuestro reconocimiento y gratitud a nuestros hermanos Obispos de las Diócesis del Perú (Diócesis de Tacna y Moquegua) y de Chile, así como a las congregaciones religiosas por las acciones solidarias que vienen realizando; también invocamos a los agentes pastorales y personas de buena voluntad a hacer gestos humanitarios para atender las necesidades prioritarias de los hermanos migrantes, especialmente de niños y mujeres.
Lima 29 de abril de 2023
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana