
«Nuestros niños necesitan ternura y protección en todo momento, pues son ellos la esperanza de la sociedad, de la Iglesia y de la humanidad. Les animo a seguir luchando y trabajando por un mundo cada vez más humano, solidario y justo para los niños, porque una sociedad que abandona a los niños está condenada al fracaso». Son estas las palabras de Mons. Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo, Presidente del Episcopado Peruano y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), con motivo del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión que se conmemora este jueves 4 de junio.
En estos tiempos difíciles que atravesamos —escribió Mons. Cabrejos— en el que un tercio de la humanidad vive confinada en sus hogares por la pandemia del COVID-19, los actos de violencia doméstica contra los niños, que a menudo sufren en silencio y en soledad, aumentan cada vez más.
Ante esta situación, Mons. Cabrejos reafirmó en que el CELAM se «une a todo esfuerzo y acción, contra toda forma de violencia hacia los seres más vulnerables de la sociedad, que viven en un entorno que no solo los expone a la muerte, sino que en la mayoría de casos, los deja lesionados o adquieren traumas emocionales que los perseguirán por el resto de sus días».
Finalmente, el Arzobispo de Trujillo reiteró las palabras pronunciadas por el Papa Francisco al final del encuentro sobre «Protección de menores en la Iglesia» (2019), luego de que se mostrara datos preocupantes sobre la situación vulnerable que sufren los niños, en el que insiste en que «el objetivo de la Iglesia es escuchar, proteger y cuidar a los niños abusados, explotados y olvidados, donde sea que se encuentren».