- Cinco categorías de comunicación fueron reconocidas en el marco de la 127ª Asamblea Nacional de los Obispos del Perú.
La Conferencia Episcopal Peruana (CEP), a través de la Comisión Episcopal de Comunicación, reconoció a los ganadores y nominados en cinco categorías del Premio Nacional de Comunicación “Cardenal Juan Landázuri Ricketts 2024”. Este concurso, que se llevó a cabo durante la 127ª Asamblea Nacional Ordinaria del Episcopado Peruano, destaca el trabajo de periodistas y comunicadores que promueven la evangelización, la sinodalidad y valores como la verdad, la justicia y la paz.
En una solemne ceremonia realizada en el auditorio de la CEP, se premiaron a los ganadores de las categorías de Prensa escrita (categorías catequético religioso y libre), Radio y Podcast (categorías catequético religioso y libre), Audiovisual (categorías catequético religioso y libre) y Redes Sociales (categorías catequético religioso y libre).
Los reconocimientos fueron entregados por el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte; el Presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación, Monseñor Edinson Farfán Córdova y por el vicepresidente de dicha comisión Monseñor Marco Antonio Cortez Lara.
Premios y reconocimientos
La ganadora en la categoría de prensa escrita fue María Ximena Rondón Carrillo por su artículo “El rostro de Dios en Gaza”. Asimismo, se reconoció el artículo “Día del Adulto Mayor: La voz profética de los ancianos”, de Jessica Laurente, de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima.
El primer reconocimiento en la categoría Radio y Podcast fue para Luis Enrique Cam Carrión por “Dicho en el Perú”, temporada Santos Peruanos. El segundo reconocimiento fue otorgado a Giovanni Palomino Colque del Podcast Viaje Retro, por el episodio “Febrero de 1985: El papa Juan Pablo II visita por primera vez el Perú” del Grupo RPP-Audioplayer.
Los ganadores de esta categoría fueron Martín Ibarrola Nájera y César González Villar por su trabajo “Sin noticias de Yomibato”, producido en colaboración con Pulitzer Center, EITB y Radio Madre de Dios. Monseñor David Martínez de Aguirre Guinea, Obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, recibió el premio en nombre de los galardonados.
En la categoría Web y Redes Sociales, el reconocimiento fue otorgado a los evangelizadores digitales “Tiktok.p.virgenmisionera” de la Pastoral de Comunicaciones de la Parroquia Virgen Misionera de la Diócesis del Callao. El premio en esta categoría fue para el Centro Salesiano de Comunicación Social por “Colección Padre Luis Bolla”, una página web diseñada para poner a disposición del público el patrimonio documental y fotográfico del religioso, acumulado durante sus seis décadas de trabajo misionero entre las comunidades Shuar y Achuar del Perú y Ecuador.
Trayectoria musical
La Comisión Episcopal de Comunicación distinguió al grupo musical Siembra por su destacada trayectoria, que ha influido en numerosas generaciones de fieles católicos.
En la categoría Audiovisuales, el primer reconocimiento fue para el documental histórico-religioso “Coraje y Santidad – Sor Ana de los Ángeles”, producido por Enzian Realizaciones Cinematográficas y el Monasterio de Santa Catalina de Siena de Arequipa, que se estrenó en salas de Arequipa y Lima. El segundo premio fue otorgado a Kevin Carbonell Allende por “Las últimas horas de Jesús” de Radio Nacional.
El galardón principal en esta categoría fue entregado a la Comisión Arquidiocesana de Liturgia y Piedad Popular del Arzobispado del Cusco por el documental “Señor de los Temblores, Patrón Jurado del Cusco en la procesión del Lunes Santo”. Monseñor Richard Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, recibió la distinción en nombre de la comisión.
Sobre el Premio Cardenal Landázuri
Este premio se viene entregando desde 1978 y es concedido por la Comisión Episcopal de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Peruana, como un homenaje a los comunicadores que promuevan la paz, la justicia, la fraternidad y la solidaridad a través de sus trabajos. Inicialmente se llamó Colibrí, y tras la muerte del Cardenal Juan Landázuri, en 1997, adoptó su nombre.
