Mensaje de Mons. Jorge Izaguirre por el Día del Maestro 2025

Con ocasión del Día del Maestro, que se celebra el próximo domingo 6 de julio, Mons. Jorge Izaguirre Rafael, Obispo de Chosica y Primer Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, dirige unas palabras de reconocimiento y aliento a todos los educadores que, con vocación y entrega, contribuyen a la formación integral de niños, niñas y jóvenes en el extenso territorio de la Diócesis de Chosica.

En este contexto desafiante y esperanzador, la Iglesia expresa su gratitud y cercanía con quienes cada día siembran valores, conocimiento y humanidad en las nuevas generaciones.

Queridos educadores:

En este Día del Maestro, les hago llegar, en nombre de la Iglesia Diocesana y en el mío propio, un fraterno y agradecido saludo por la noble y trascendental misión que realizan en las instituciones educativas del extenso territorio de nuestra Diócesis de Chosica.

En tiempos de profundos cambios culturales, sociales y tecnológicos, su labor cobra una relevancia aún mayor: La Educación no es solo transmisión de conocimientos, sino formación integral de la persona, desarrollo de conciencia critica y apertura al sentido trascendente de la vida. Ustedes son sembradores de esperanza en el corazón de las nuevas generaciones.

El Papa Francisco nos recuerda que “educar es un acto de amor, es dar vida”, es guiar, inspirar. En muchas ocasiones ha insistido en que “la educación es una de las formas más eficaces de humanizar el mundo y de construir la paz”. En la misma línea, El Papa León XIV, con la claridad y firmeza que lo caracteriza, nos recuerda que educar no es una mera transmisión de conocimientos, sino una obra profundamente humana y espiritual: formar corazones, cultivar virtudes y despertar en cada persona la conciencia de su dignidad. En este contexto, ustedes, maestros y maestras, están llamados a ser verdaderos artesanos de humanidad. promoviendo el diálogo, el respeto, la solidaridad y el cuidado de la casa común.

Queridos docentes, en medio de las incertidumbres y desafíos del mundo actual-la pérdida de referentes, la fragmentación social, la indiferencia o incluso el desprecio por el valor de la verdad- ustedes guían e inspiran a sus estudiantes a descubrir el bien, la belleza, la verdad y el amor.

Como Obispo, elevo mi oración al Señor para que los fortalezca en su vocación de educadores. Que no les falte nunca la pasión, la paciencia, el coraje y la fe en la semilla que siembran, aunque no siempre vean de inmediato sus frutos. Que María, Maestra del amor y de la escucha, los acompañe siempre en su caminar.

Con gratitud y bendición episcopal.

Huaycán 6 de julio de 2025.