Queridos hermanos y hermanas:
En esta Fiesta de la Navidad, el recuerdo del nacimiento de Jesús nos invita a ponernos espiritualmente en el camino de la sencillez, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para acercarse a cada hombre.
Jesús proclama desde el pesebre que los sencillos y humildes de corazón son los amados de Dios, que quiere un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido ni marginado.
Jesús nació pobre en Belén y llevó una vida sencilla en Nazaret para enseñarnos a vivir con lo esencial, a no dejarnos engañar por la riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad.
Navidad es una invitación a encontrarnos con Jesús y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados.
El Papa Francisco nos recuerda: “Jesús, en la debilidad y fragilidad, esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos”.
El nacimiento de Jesús nos habla del amor de Dios. ¡Dios nos ama entrañablemente!
Les deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo 2020 lleno de bendiciones, salud y prosperidad.
+ Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM
Arzobispo Metropolitano de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana
Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)